NOTEBOOK IN BLOOMCUADERNO EN FLOR
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The ideasLas ideas
Tuesday, 29 Nov 2022
Viendo un documental sobre Miyao Miyazaki, lo observo mostrar sus cuadernos de apuntes y comentar que la mayoría de lo que allí escribe o boceta, resulta descartado. Porque él no toma estas notas para hacer algo con ellas, sino que lo considera un modo de procesar ideas.
Teto e imáganes: Cecilia Borghi
Tengo cantidades de cuadernos con notas y dibujos que, en general, no utilizo directamente en mi trabajo. Aunque siempre las guardo. Todo aquello que vuelco en los cuadernos es un material crudo que debe ser digerido. Y esa suerte de digestión es lenta. Es un proceso que lleva tiempo.
Words and images: Cecilia Borghi
I have lots of notebooks with notes and drawings that, in general, I do not use directly in my work. Although I always keep them. Everything I pour into the notebooks is a raw material that must be digested. And that kind of digestion is slow. It's a process that takes time.
Porque las ideas no son algo que surge de la nada. Las ideas necesitan elaboración, precisan ser preparadas con cuidado y esmero para finalmente volverse inteligibles.
En algún momento, algo de todo aquello que ha sido volcado en las hojas, empieza a tomar forma, comienza a resonar en mí, se mantiene dando vueltas en mi cabeza, reaparece con frecuencia en nuevas anotaciones. Hasta que llega el día en que cobra sentido, la comprendo, la visualizo. A llegado el momento de desplegarla.
Es por eso que para mí, la idea nunca es el comienzo de algo, sino algo que ocurre en el medio del proceso creativo, e incluso al final, cuando aquello en lo que estoy trabajando va tomando una forma definitiva. Es en esa última instancia cuando la idea cristaliza.
That's why for me, the idea is never at the beginning, but something that happens in the middle of the creative process, and even at the end, when what I'm working on takes a definitive form. It is in that last instance that the idea crystallizes.Y si resulta que de pronto tengo una idea concreta sobre la cual trabajar (rara vez me ha sucedido semejante cosa) es porque antes trabajé en esa idea, aunque no lo hubiera hecho de manera consciente. Porque todo lo que voy soltando en los cuadernos se desparrama, se mueve y se mantiene latente.
No puedo evitar pensar en las ideas como flores. Me gusta imaginarlas como alcauciles, que son flores, y también son alimento, con su corazón tierno y nutritivo escondido debajo de muchas capas de duros pétalos espinosos.
Hay que atreverse a deshojarlo de a poco pero sobre todo, antes de comenzar siquiera a deshojarlo, para poder comerlo hay que cocinarlo. Entonces esos esfuerzos infructuosos iniciales que requiere toda actividad artística no son inútiles, son apenas la cocción necesaria que nos permitirá luego, también de a poco y lentamente, ir quitando los pétalos para finalmente llegar al tierno centro.
De todas formas quiero dejar en claro que lo que más me gusta de comer alcauciles es raspar con los dientes los pétalos duros, gruesos y bien cocidos. Y observar cómo se van a apilando en el plato. Igual que en mi trabajo. Como en los cuadernos.
Los momentos más reveladores y que más disfruto son esos en que tengo las manos sucias, cuando estoy en plena labor de arrancar pétalos. Cuando en esa lenta disección y deglución, lo que tengo frente a mí se transforma en alimento. Cuando en el desorden, puedo de pronto, imaginar la flor del alcaucil. Cuando en la parte, veo el todo.